miércoles, 16 de enero de 2008

Ilusión


...Pensando en ti, pensando en esos dulces ojos con los que no dejo de vibrar. Imagino, medito y deseo. ¿Llegará ese día en el que nuestras miradas se crucen por un fugaz instante?. Un dulce momento. Poder escuchar tu voz acercándose suave y armoniosamente a mis oídos.
Una ceremonia sería sentir tus manos rozando mis sonrojadas mejillas. ¿Llegará ese esperado día al fin?. Mientras... vivo, ilusionada en esos instantes... Soñando despierta y dormida. Son tantos los sentimientos que poseo dentro de mi. Euforia, alegría, ternura, dulzura, calidez, paz, pasión, amor, lujuria.. Deseo. ¿Cómo poder demostrarlos si tus ojos se encuentran tan lejos de los míos?, para poder hacerte llegar cada una de las fantasías que recorren mi organismo. Conjuraré a la noche para que quede congelada y llamaré al fuego para que nos ilumine en la distancia y vuele su calor a nuestro encuentro.
Cierro mis ojos y observo tu imagen, mi corazón recibe tu beso, y a mis labios aflora tu amor. Es dulce y salado a la vez, es llanto y risa, miedo y decisión. Y noto como me acaricias. Siento como inundas mi alma con tu entusiasmo y me haces sonreír y dar gracias por toda la pasión que nace de mí y es solo por ti. Por tu dulce besar y tu fogoso amor. Y entonces me pregunto. ¿Qué hacemos aquí? Vinimos para amar y ser amados...
Y me deleito con tus ojos y me muero por besarte y veo tus manos y ruego por sentirlas. ¿No ves como mi cuerpo pide tu piel para fundirla con la mía? Las palabras juegan con el viento y no corren hacia ti, prefieren burlarse. Las gotitas de lluvia mojan mi espalda, resbalan sinuosas y me hacen estremecer por dentro, pensando que no es lluvia sino el sudor que tu ser emana por el calor y el fuego que provocamos con nuestra pasión... Noto como un susurro llega a mis oídos directamente de tus labios, un te quiero parece traducirse entre esos gemidos.
Y me besas, con un sabor salado, pero a mis labios llega dulce y agradable, juegas con mi pelo como si un hada aleteara en mi cabeza... Y yo sigo amando. Amando tu voz, la brisa de tus caricias, la dulzura de tus salados labios y tu piel tersa, suave, delicada... Y respiro tu agradable aroma, una fragancia placentera y eterna... Y me doy cuenta que es un sueño, que sueño despierta junto al mar y la lluvia continua mojándome y ni aun a pesar de ello consigo despertar...

Deseo



...Ven...Poséeme, necesito que ese escalofrío recorra mi ser. Cierro los ojos implorando de tu piedad... Mas, quiero más... dame más del veneno eterno. Desnuda esta mi alma de tus anhelos, desnuda mi piel a tus suplicas. Revolviéndose mis entrañas por poder sentir de nuevo ese pecado. Dominando tu voluntad para satisfacer mi sed. Lo deseas, lo pides, lo ruegas... Lo tendrás. Me perteneces... sacias mi impulso, mi sed, mi llanto eterno. Calmas la angustia de esa hambre infinita. Se generoso a tu amante, concédele la llama de tu mortalidad, para recibir el placer absoluto. Proporcióname momentos inimaginables, regálame la llave de tu imaginación que yo hare realidad cada uno de sus sueños, de tus fantasías...Ciega mi razón con tus ganas de hacerme tuya. Llega hasta el ansiado mar de mi apasionado corazón y núblale la cordura. Hazle
derrotar para luego hacerte mío...
Mis manos arrastrándose por los senderos de tu cuerpo. Buscando ansiosa el elixir interno. Y solo puedes acatar todos mis mandatos. Tus ojos siervos de mi pasión abdican frente a mi poder. Cansado y exhausto caes lentamente entre mis brazos, dirigiendo tu mirada inocente a mis labios de los que aún hay muestras de ti. Derramándose por mi pecho, caliente y viva, sangre que recorre los laberintos de mi organismo llenándome de tu sustancia, de tu esencia. Y me hace sentirme mujer. Y como cada noche.... entre los rincones de mi soledad vuelves a mí para hacerte saber que solo tú me perteneces. Que solo es mío ese cuerpo joven y cálido. Alimentándome de ti, de tu ardiente fuego que calma mi tormento. Apagando la sed…

Misterioso amor





...Tus ojos que ya tenía olvidados... Esos ojos que cada noche velaban mi sueño. Ojos penetrantes, misteriosos, cautelosos... Insegura he estado estos años sin sentirlos, melancólica a falta de su misterio. Ya siento de nuevo... Ya llega a mí esa magia en palabras, gracias a tus ojos. Echaba de menos tus ojos acariciando mi alma, relajando la intranquilidad, el miedo y la pesadumbre que él me creaba. ¿Porque los cerraste? Porque me obligaste a ser yo, y sola, a ser mis ojos los que miraran... Cuando sabes que solo miraba por los suyos, olvidándome a mi misma. Gracias por volver. Gracias por hacerme ver. Abrí los ojos de mi alma, y mi corazón se rompió al ver lo que había hecho conmigo. Pero sabes bien que soy fuerte como el más puro diamante. Y que me reconstruiré. Que me fortaleceré. Y haré que ese corazón herido lata más fuerte y con más ganas por vivir, de sentir, de amar, de dar... Dar un amor, una pasión, una alegría, una ilusión... limpio y puro... sincero. Sin mentiras, sin engaños, sin miedos ni pena. Saber que los besos son besos y saben dulces y honestos. Sentir que las caricias son únicas, son susurros de amor entre los pliegues de mi piel.
Que sienta unos ojos que de verdad me miren que de verdad me hablen sin mediar palabra. Que nos besemos sin rozar los labios solo observándonos. Deseándonos. Gracias a ti. Que has vuelto. A tus ojos que ya tenía olvidados. A lo que mueves dentro de mí. A lo que me haces escribir. A lo que me haces sentir. Gracias a ti.

Recuerdo




Siento bajo mi cuerpo el roce de las sabanas sobre mi piel desnuda. Un calor inunda lentamente mi ser, profundamente. Y me deshago entre esta solitaria cama. Añorando un cuerpo tan desnudo como el mío, y unas manos que lo acaricien lentamente. Mis piernas tiernas de deseo. Mis mulos ardientes al igual que mis caderas... que piden ser poseídas. Cierro los ojos mientras oigo entre susurros tus ruegos que para mí son como deseos. Las velas colman la habitación con una luz misteriosa, casi sobrenatural. Poco a poco al abrir mis ojos, te veo tan cerca y a la vez tan lejos. Y sigo imaginando todas y cada una de tus caricias, que han quedado selladas en mi cuerpo... Estás tan lejos pero yo te siento tan mío, tan dentro de mí. Viviendo en mi soledad cada minuto compartido, sintiendo cada sensación donada por tu ser. No sé porque pero arrancas de mi la llama que habita tan profundamente que parece no existir. Y como cada noche sigo esperando y deseando... Hasta tu vuelta.

Vida


Luz, amanecer... Esperanza. Soné y me fortalecí de ese agua. Me sentí nacer. Sumergí toda la pena, toda la rabia, toda la tristeza... para llegar a volver a ser la que siempre fui. Para verme a mí. Para encontrarme al fin. ¡Me sentí vivir!. Recorrí un camino sin destino, sin luz, sin un rumbo que seguir. Me sentí morir... Encauce mi vida, atrapé al destino y me sentí resurgir. Ese baño de luz, esa agua bendita me hizo percibir que aún sigo siendo, que aún se vivir. Ya no miraré atrás, ya no volveré a perder. Mi destino se escribió en las estrellas; nací con él. Él guía mi paso, él no me volverá a dejar caer. Un cántico a la vida, un grito a existir. Me siento llena y plena. Me siento ser. Dueña para amar dueña para querer. Mi voluntad de ver, de volver a saber. Mis manos poderosas, mis manos deseosas de volver a ver... Roce mi sueño con los dedos y supe que lo quiero tener. Lo sujetaré con fuerza me atraparé a él. Una nueva vida traerá, un nuevo mundo... un nuevo amanecer. Ya no más tinieblas, ya no más dudas, ya no más ÉL. Ver crecer mis milagros, ver mi vida acontecer. Llena de dicha y gozo, ilusión, porvenir... Futuro, existir. Vida que me traes vida, vida que me haces vivir. Dar vida en mis entrañas... Dar vida en mi latir. Amores que están por llegar amores que han de venir. Amores y sueños espero tan solo por vivir.