Ven abrázame... siénteme... Hazme creer que todo es posible y
que nada ni nadie puede interponerse.
Me castigas con silencio y mi cuerpo desea que tu cuerpo grite
con su roce.
Te esperaré, como lo hice tantas veces...
Entre el sueño y el deseo mi cuerpo te añora. Nostalgia de tus
caricias robando suspiros y latidos de un cuerpo que te pertenece... Y una
melodía de violín me llama y me hace buscarte... cerrar los ojos y necesitarte y
saberte mío aún por unas pocas horas... Llenar de calor un alma que tiembla de
anhelo por tus deseos y mandatos por complacerte...
Lleno mi interior de paz a la espera de tu regreso...
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